jueves, 1 de diciembre de 2011

RESUMEN FINAL

Por qué esta barbaridad
  1. Porque nunca (ni siquiera ahora) la Conselleria ha tenido un proyecto serio detrás del CIPF: todo ha sido y es pura IMPROVISACIÓN, compromiso superficial e interés mediático. Sólo así se explica que nunca haya estado entre sus objetivos la sostenibilidad futura de este proyecto, su conexión con hospitales y empresas del sector (no consta que fuese un deber prioritario impuesto a los gestores al frente y del que se pidieran cuentas) o que reduzcan retroactivamente subvenciones prometidas y ya gastadas y proyecten más reducciones en su aportación sin haber analizado antes su impacto o las distintas alternativas para suavizarlo.
  2. Porque el Patronato de este Centro lo integran personas que no parece que muestren suficiente involucración en esta institución. Muy operativos, desde luego, no parecen.
  3. Porque durante años (hasta casi 2011) estuvieron al frente tres pseudo-gestores con muchas carencias profesionales: el Director General, la ex-gerente y la ex-jefa de administración, que se gastaron millones de euros sin plan ni criterio, consolidando contratos, situaciones y privilegios que han sido una sangría durante años -y que ahora era obligado deshacer por insostenibles-.
  4. Porque el remedio frente a lo anterior fue aún peor: poner a un divo ausente (el Director Científico), que no hizo nada útil, y a un killer maquiavélico (el nuevo Gerente), que ahora ya sabemos que no vino a "levantar" el Centro, sino a "hacer limpieza".
  5. Porque la Conselleria ha querido siempre que el interés y el momento políticos condicionen la gestión de este Centro.
  6. Porque mientras la Conselleria interesadamente no tenía prisa y obligaba a esperar a los cambios de Director o de Gerente, a las elecciones municipales y autonómicas y luego a las Generales, forzó a gastar todo el dinero "prestado" por los Bancos para suplir el que la Conselleria dejó de ingresar.
  7. Porque muchos de sus investigadores vivían al margen de la realidad, atrincherados en la comodidad de lo académico y en su auto-divinización, como si alguna vez fuesen a curar alguna enfermedad, logro -por otra parte- bastante improbable en su caso, en lugar de hacer investigación traslacional de verdad y estrechar las relaciones con empresas y hospitales.
  8. Porque el Presidente del Comité de Empresa no sabía negociar, sólo imponer: era un exacerbado que sometía a sus compañeros y que una y otra vez, todo estos años, acudía irresponsablemente a los medios de comunicación.
  9. Porque era imposible el éxito con una gran parte de la plantilla retando permanentemente a su empleador. Muchos de los empleados del CIPF (los más antiguos y algunos enchufados, tanto en gestión como técnicos de laboratorio) trabajaban poco, con cero iniciativa, sin estrés, sin a penas control jerárquico, creyéndose intocables, como si el puesto se lo hubiesen ganado a perpetuidad. Tan es así que, internamente, algo tan normal en cualquier organización como ser sancionado o despedido por indisciplinado, vago o inútil, aquí era inconcebible y las escasas ocasiones en que ocurría constituían una auténtica declaración de guerra. De ahí que el Centro estuviese lleno de gente que no aportaba ningún valor a la organización y que costaba mucho dinero mantener.
  10. Porque todos pensaban que el dinero de la Generalitat llegaría siempre, porque sí, lo hiciesen mejor o peor, porque lo contrario era -en su mente- impensable... y se acomodaron.
Cómo ha sido todo
  1. Se lo dijo el nuevo Gerente al nuevo Conseller antes del verano de 2011: "o haces algo o puede que en octubre no llegue a pagar las nóminas".
  2. El nuevo Gerente lo venía preparando desde unos meses atrás: qué grupos cargarse, la estrategia, los argumentos, su aparente objetividad. En definitiva, un discurso político para el Conseller, que todavía siguen y seguirán utilizando mucho tiempo desde la Conselleria, la Generalitat y el grupo parlamentario popular, cada vez que se les pregunte (las 12 líneas..., que los investigadores se busquen sus Ayudas y la Conselleria ponga las instalaciones y el sueldo de los Jefes..., etc...).
  3. A la vuelta del verano, el Director Científico y su fiel Comité de investigadores, muy solidarios ellos, se quitaron de en medio para que no les salpicase la mierda que estaba a punto de caer.
  4. Paralelamente, el plan del Gerente consiguió el sí del Conseller, después el del Patronato y, finalmente, el del Consell.
  5. Pero, la orden desde arriba era que todo debía suceder de manera que los despidos fuesen después de las Elecciones Generales: se ajustó el guión, se fijaron los plazos y empezó la acción.
  6. Primero, un par de reuniones inservibles con el Comité de Empresa para despistar y ganar tiempo y luego llegó el inicio del ERE y la irrupción de los sindicatos.
  7. Antes y después se tuvieron reuniones a distintas bandas: para pedir la cabeza del Director General, para salvar a los miembros del Comité de Empresa afectados, para cambiarse cromos...
  8. Se buscó rápidamente salida al Director General (¿baja incentivada?), que justo dejó de ser empleado del CIPF el día antes de iniciar el ERE. Qué poca vergüenza.
  9. Se ofreció continuidad a los miembros del Comité de Empresa (la mayoría aceptaron... mientras escogían con la Empresa a qué compañeros despedir en su lugar).
  10. Sindicatos y Empresa anularon al Presidente del Comité: un peligro descontrolado que podía frustrar los intereses ahora prioritarios de los Sindicatos y la Conselleria: los objetivos ya no eran los internos del líder local, sino los que correspondiesen para mantener el equilibrio en las relaciones de toma y daca entre el político de turno y los sindicatos del ramo.
  11. Ni un científico estuvo en esas reuniones como tal, pensando en la viabilidad de lo que se estaba acordando.
  12. Los Sindicatos hicieron su teatro, montaron sus asambleas y su discurso de legitimación (hemos salvado a muchos fijos y mejorado las indemnizaciones de los temporales).
  13. Al final, los Sindicatos le hicieron un favor a la Conselleria: este despropósito, esta desvergüenza se convirtió en un "acuerdo", sí, "un entendimiento". Le dieron su titular al Conseller.
  14. El Gerente se salió con la suya y despidió a quienes quería despedir desde el principio.
  15. Las protestas, las noticias en los medios, los crespones negros no sirvieron para nada: el 24 de noviembre (después de las elecciones generales) perdieron su trabajo 113 empleados del CIPF.

Qué ha quedado
  1. Los inútiles que han provocado esta escandalosa situación, que han acabado tirando el dinero público invertido por el retrete, salen impunes: nadie responde. Objetivo cumplido.
  2. El CIPF se ha gastado más de un millón y medio de euros en indemnizaciones y finiquitos de los despedidos: ¿les quedará mucho dinero en la cuenta?.
  3. Satisfecho, el Gerente -tras año y medio de mano dura- anunció ayer que deja su puesto (¿baja incentivada?) y la Conselleria ya "ha colocado" a una nueva Gerente. La historia se repite.
  4. El Centro se ha quedado sin personal clave de gestión y ha perdido con su salida mucho del conocimiento acumulado: técnicas, información vital, procedimientos e incluso datos privados. Igualmente, se ha despedido/conservado a investigadores y técnicos sin coherencia científica alguna, yéndose gente con mucho potencial, que deja proyectos muy prometedores sin acabar, y quedándose otro personal científico de dudosas capacidad y proyección, lo que deja un Centro con unos recursos humanos heterogéneos y para los que habrá que improvisar alguna solución, que es muy difícil que dé algún resultado positivo.
  5. Para "ahorrar", se ha acordado bajar salarios (más a los más cualificados: ¡qué acierto!, ¡así se retiene el talento!) y el Centro cerrará entero el mes de agosto, 15 días en Navidad y 15 días en Semana Santa y Pascua: allí no habrá nadie: ¡menuda visión de negocio! ¡así van a ser los más competitivos, seguro!.
  6. Queda la razonable duda de si la Conselleria acabará poniendo en el CIPF los 4,4 millones de euros que ha previsto o si, de nuevo, terminará ingresando menos y tarde.
  7. A ver qué empresa, institución o universidad, patria o extranjera, se atreve ahora a poner sus dineros en colaboraciones con este Centro, de cuya capacidad y autonomía para cumplir sus compromisos es razonable dudar después de todo lo ocurrido.
  8. A ver cuánto aguantan ahí los investigadores principales supervivientes, que según el ya ex-Gerente, eran los mejores. Se quedarán los mayores y algún mediocre que se haya colado, que no tendrán sitio a donde ir. Los demás, los jóvenes y con potencial serían unos suicidas si decidiesen seguir apostando por un Centro que les baja el salario, que está más desorganizado que nunca, que difícilmente les dé un soporte adecuado a su trabajo investigador, que sigue sin proyecto de Centro y que hará que a uno le pregunten antes por la experiencia del ERE que por su trabajo.
  9. Sin duda, la Conselleria seguirá condicionando la gestión del Centro, porque el Conseller está en el Patronato, pone su dinero y la imagen de la Generalitat y el edificio es suyo, no del CIPF.

A LOS QUE OS HAN ECHADO

ES VERDAD QUE ES UNA PUTADA QUEDARSE SIN TRABAJO EN ESTOS TIEMPOS QUE CORREN, PERO NO LAMENTÉIS HABER DEJADO DE FORMAR PARTE DE UNA ENTIDAD QUE NO OS VALORABA, QUE SE ESTÁ HUNDIENDO Y QUE ES UNA AUTÉNTICA TOMADURA DE PELO A LOS CIUDADANOS: AL MENOS HABÉIS COBRADO VUESTROS CHEQUES.


A LOS QUE SEGUÍS EN EL CIPF

SALID DE AHÍ CAGANDO LECHES, ANTES DE QUE NO PUEDAN PAGAROS LA NÓMINA O DE QUE UNOS POLITICUCHOS DE TRES AL CUARTO SIGAN DECIDIENDO SOBRE VUESTRO DESTINO O DE QUE VUESTRA IMAGEN COMO PROFESIONALES SE HUNDA CON EL CIPF.

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