jueves, 13 de octubre de 2011

QUÉ RUINDAD

¡Menuda la patata caliente que, entre otras muchas, le han dejado al nuevo Conseller de Sanitat con este Centro de Investigación!. No hay dinero, le dicen desde la Conselleria de Hacienda. Así que donde dije "digo" digo "diego" y a este Centro le quito ahora unos milloncejos. Y ahí se queda el Conseller de Sanitat con este marrón: más de 250 investigadores, técnicos y personal de gestión cabreados y angustiados y una Institución endeudada, con apenas tesorería para seguir pagando a sus trabajadores y proveedores y con su imagen pública por los suelos, con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina y un responsable científico que se escaquea, dimite...

Piense Ud. en los votantes, Sr. Conseller. Ellos son lo primero. Cómo le cuenta Ud. al electorado que tiene que despedir a un porrón de gente de este Centro y logra a la vez que no caigan en la cuenta de que esto es por su mal hacer ni se acuerden de los millones de euros del contribuyente que se han perdido y que se han administrado tan mal por los gestores que puso la propia Conselleria. Cómo se sale uno de rositas de esta situación.

¡¡¡Ya está!!!, ¡ya lo tiene claro el Conseller!. Le ha costado improvisar una explicación, sin duda. Estaba desesperado, pero alguien le habrá asesorado in extremis y ya tiene su discurso de legitimación:

  • ARGUMENTO 1: LA CULPA ES DEL MINISTERIO DE CIENCIA E INNOVACIÓN (MICINN), que nos ha privado del dinero del Programa de Medicina Regenerativa, que sí le ha dado, en cambio, a los andaluces. Jobar!, qué buen argumento: da mucho juego, le echamos la culpa a otro. La gente no se entera... le cuentas una milonga como esta y, como son tan valencianos y tan victimistas, se lo tragan, aunque sean 1,7 millones los que deja de poner el MICINN, frente a los casi 5 que ha dejado de aportar la Conselleria de Sanitat. Qué mas da, la gente no sabe sumar...
  • ARGUMENTO 2: LA CULPA ES DE LOS PROPIOS INVESTIGADORES, QUE NO TRABAJAN. Ya lo dijo el actual Gerente de este Centro: "Señores, hasta aquí hemos llegado. Aquí hay gente que no trabaja o trabaja poco y eso se ve en los factores de impacto". Qué bueno este discurso también y qué enérgico y contundente: la gente no entiende qué se hace en el CIPF, no distingue entre trabajar en una fábrica y en un centro de investigación: ¡pues claro, hombre, que trabajen estos científicos y al que no trabaje, que lo echen... con el paro que hay!. Esta explicación también se la traga el votante, que no es tan listo como para caer en la cuenta de que investigar no es como poner tornillos o conseguir ventas... y, sobre todo, no va a percatarse de que a quien pone tornillos o hace ventas alguien le dijo cuántos tornillos debía poner o cuántas ventas debía cerrar, mientras que a estos científicos nadie les dio nunca esa medida, puesto que los gestores designados por la Conselleria al frente de este Centro sólo generaban papeles inútiles y no directrices de producción.
  • ARGUMENTO 3: VAMOS A HACER UN PLAN DE VIABILIDAD PARA EL CIPF. Qué bien suena: "plan de viabilidad"; aún no lo tenemos ni pensado o, igual, ni lo llegamos a hacer de verdad, pero, qué más da, el mensaje tiene fuerza. El votante tendrá suficiente con esta frase y, como bastante tiene ya con sus propios problemas, ni siquiera caerá en la cuenta de que durante casi una década nos gastamos millones de euros en este Centro sin tener un plan. Además, esta cosa abstracta lleva el apellido "viabilidad", que quiere decir que vamos a hacer algo bueno, ¿no?. O sea, el electorado hasta lo apoyará: vamos a despedir a un huevo de infelices... pero estaremos haciéndolo por salvar a este Centro, amenazado por ese mal que no tiene culpables y que se llama crisis.
Hay que ser muy ruín para intentar eludir así las propias responsabilidades. Qué manera de burlarse en su propia cara de las personas que van a perder sus puestos de trabajo.

La suerte que tiene la Conselleria de Sanitat es que este tema, este Centro, no es noticia o no va a pasar de ser una anécdota mediática, porque el contribuyente está lo suficientemente desconectado del destino final del dinero que ha pagado en impuestos como para sentirse afectado por el despilfarro que se haga con él. La suerte que tienen los gestores responsables de hacer más grande este desastre es que nadie va a acordarse de ellos y seguirán teniendo quien les recoloque.

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